lunes, 5 de noviembre de 2012

EL MAL Y EL PIRRI




   "¡Como me estés engañando, mañana te busco y te curro!" cuenta que le respondió el Pirri a Eloy de la Iglesia cuando le preguntó si le molaría ser actor. Por eso digo que el Pirri te canea te pongas como te pongas, tan canijo como parece. 

   Hacía de quinqui niquelao porque era un quinqui como la copa de un pino, del barrio de San Blas de los 70, con eso lo digo todo. A ver si tú tienes los huevos de seguir tan chulo cuando tus padres te han repudiado y te han mandado a vivir con la abuela. Así que lo que cuenta de la paella de su madre, ni plas, todo mentira, pero bien que te lo has tragado. 

   El Pirri era actor, también, y un drogadicto que estuvo muy metido toda la vida, toda la que vivió, porque con veintitres se lo encontraron pajarico en un descampado con tres papelinas: la vacía que lo dejó seco y dos más apretadas en la mano. 

   Igual no le iba bien. Eso ya no importa. Él decía que sí, que, contando hacia atrás desde que se lo encontraron muerto, hacía casi un año que no se metía na de ná; que tenía una pivita y eso y se quería meter en una moto. Pero luego se quitaba el nervio yendo a pata desde San Blas hasta Gran Vía, donde grababa una sección de cine para un programa. 

   Lo jodido es que, por más que insista, a mí no me parece malo. Igual me pasa con su colega, el Manzano, que también se fue a morir en el mismo descampao en Vicálvaro lleno de picos usados que él unos años después. Igual es que aguantó hasta que se le acabó la cuerda.


Mañana más...

1 comentario:

  1. Infórmate bien. Manzano no murió en ningún descampado. Eso es una de las múltiples leyendas urbanas que han enmierdado la desgraciada historia de estos chicos. Manzano murió en casa de Eloy de la Iglesia, sentado en la taza del wc con la jeringuilla colgando del brazo.

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