lunes, 17 de diciembre de 2012

JOSÉ ANTONIO VALDELOMAR Y LAS MALAS RACHAS

Protagonizó "Deprisa, deprisa" de Carlos Saura. Película que se estrenó a finales de marzo del 82, y que el año antes se había llevado el Oso de Oro en el festival de Berlín.

Y aunque Jose Antonio estuvo en Alemania, no pudo estar presente en el estreno.

Una semana antes, con la soga de las deudas y el mono, había atracado la sucursal del Banco de Vizcaya en Rios Rosas junto con un compinche que - jodida la gracia - es justo su compañero de reparto que interpreta a su - redoble de tambores - compinche de atracos. Roban 163 000 pelas y se van Castellana abajo a toda ostia camino de Villaverde, donde viven. Tan a toda ostia que se comen de frente un R6. Ni media hora conservan el pellizquito de viruta. La policía no tiene ni que maniobrar, los monta en la patrulla esposados y pone la directa a la cárcel de Carabanchel. Una semana después los medios se acercan a la penitenciaría en la que está custodiado a la espera de juicio para conseguir alguna impresión del "Mini", que es su apodo carcelario.

Esto no lo dicen, pero me lo imagino, allí igual un crítico de micrófono, de aquellos más que serios, siempre planchandose las mangas con ese tick tan Buenafuente, que un gacetillero, que un calvo en gabardina fumandose hasta las uñas, desaliñado y de vuelta de todo, directo de la sección de sucesos.

Valdelomar que es, como todos los kinkis, encantador, se aclara y se disculpa. A ver quien le reprocha nada con esa pinta de niño de primera comunión. Ahí se le pierde la pista hasta el 92. Pero a eso vamos luego.

El Mini ya era un delincuente que había pasado más tiempo en la cárcel que fuera. Un año antes de que Saura como director y Elías Querejeta como productor decidiesen quedarse con él en un casting para actores no profesionales, se había casado con su novia Genoveva López. Este dato parece que no lleva a ningún sitio, pero todavía no es 1992.

A raíz de su detención, se arma un revuelo, un revuelo fino y todas las lenguas se sueltan. Uno por allí cuenta que es un delincuente habitual, otro por allá dice que venía siempre puesto de jaco. Querejeta, forzando un empate, consigue que no se le identifique como el Mini, el delincuente, sino como Jose Antonio Valdelomar, el actor. El Mini, que sólo tiene buenas palabras hacia Saura, aclara a los periodistas que se le fue la pinza, que estaba corto de pasta y de alguna forma tenía que ir tirando.

Entonces los periódicos ven un filón y empiezan a tirar del hilito.

Primero, que el guapito de cara cobró 300 000 rubias por hacer la película (una pasta hace treinta años, medio año de curro) y se las pulíó en el vicio y en montar una tienda de discos que le duró abierta dos telediarios.

Segundo, que ya era muy conocido en Villaverde, era el Mini, un atracador a mano armada peligroso quien sólo desde que acabó de rodar la película y hasta su estreno había robado dos bancos, el primero con un botín de 450 000 pelas y el segundo, como ya se sabe, 163 000.

Vamos, que de esta no se libraba.

Muy listo el productor si, como me barrunto, hizo que un coleguita por aquí, otro por allí le hiciesen saber, como quien no quiere la cosa, que si era bueno, se desenganchaba y dejaba de joder la promoción de la película, igual pensaban en él para un papelín cuando cumpliese. Lo que se conoce como achantar la mui.

Ni rastro de él los siguiente diez años. Igual no le buscaron. Hay que ser muy tonto para hacerlo.

Diez años después está en el ala especial de los seropositivos en Carabanchel. Tenía ya la cruz de ceniza bien marcada en la frente el amigo. Igual le daba de una forma u otra. El día antes de morir, su mujer, acordáos, Genoveva, le escamotea en la tortilla o entre los filetes empanados, o en el tabaco negro, un chute. El Mini, avaricioso, carga la jeringa hasta que el émbolo casi se sale y adiós muy buenas. A mamarla todos.




Una curiosidad antes de cerrar: su compinche del atraco de Rios Rosas, el que fue su compañero de reparto en el papel de compinche de atracos ficticio. Pues ese, se llamaba Jesús Arias Aranzueque, otro desastre. Murió medio año antes que Valdelomar, también de sobredosis. Todo muy paralelo y muy pulcro, bonita coreografía.

4 comentarios:

  1. Puezzz no, Jesús Arias "el susi" se había ido a euzkadizko kommunarria a desengancharse en un centro reto, estando allí se puso mal, ingresó en el hospital de Zumarraga y allí murió a los pocos días, no de sobredosis sino de sida, con solo 31 años

    Fue enterrado en el cementerio de Zumárraga

    15 años después, en 2007, se liberaron varios nichos del cementerio para nuevos entierros, sus restos fueron los únicos no reclamados así que fueron icinerados en el crematorio del susodicho cementerio

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    1. Estas segura que murió de sida? De donde obtenistes esa información. Y a cerca del protagonista jose valdelomar que murió de sobredosis se dice que tambien padecia de sida . Es realmente cierto?

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  2. Conocía a los 3 protagonistas del barrio de los toreros, un poblado obrero de buena gente y empezaron a meternos a los gitanos y ya se fue perdiendo la barriada y caían como moscas, fallecieron bastantes amigos x la puta droga, no se que les hacían cambiarse, parecían zombies, la chica no llegué a conocerla, Jesús era muy buen chico y no se que le pasó pero cambió totalmente, en fin.....

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    1. De k murió Jesús arias Al final y el otro chico k se llama meca en la peli deprisa deprisa

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