miércoles, 24 de abril de 2013

A veces...

A veces te sientes tan derrotado como un boxeador en una fonda. Te aupas desnudo del jergón, la bombilla oscilando y tu sombra con ella. Te cuadras de hombros y le lanzas el primero seco y frío, muy desentrenado. Sin imaginarte que por errores menos estúpidos que ese otros han pagado con una largueza obscena.

Entonces, la greña, sanguinea, te trepa el espinazo y zumbas más sucio y más caliente al chiste de tu figura.

Tumba la rodilla, saco de mierda. Levántate ahora. Muerde hasta que sangres. Aguántame la mirada. Te rendirás cuando yo te lo mande.